lunes, mayo 15, 2006

las rayas

Mi ciudad es una ciudad turística. Mi ciudad es una ciudad encerrada. Encerrada por el cielo de líneas que dejan los aviones cada segundo que pasan. Son nubes en cuadrícula sobre una superficie prolijamente celeste. También mi ciudad es infinita, con calles que se cruzan y se encuentran en cada esquina cortando filosamente el destino de todo aquel que va pasando. Los campos son colores disciplinadamente alineados, son sembrados para recibir el sol que cae como un eco estriado y silencia el polvo de los caminos. Luego los pájaros pasan volando en v.

Mis amigos también son lineales, pero de una manera compleja y traicionera. Totalizan imágenes de sí mismos, coleccionándose para sustituir sucesivamente cada término de la colección. Cada vez mis amigos sacan sus nuevas temporadas y cambian su modelo y su forma según las corrientes. Al final ya no conozco a nadie. Al final tampoco soy dueño de mis imágenes

Mis días también van en línea. Son un manual de instrucciones que se lleva a cabo según pasan las horas. Si viajo a ver a mis amigos tal vez mi cotidianeidad no sea más un manual de instrucciones sino un modelo para armar. Pero después de Cortazar ni la vida en manual ni vivir un modelo son buenas formas de pasar el tiempo.

Pero hay otras cosas que también son taxonómicas y lineales. Lo son el menú del día, la carta de relaciones sociales, o el listado de Especialidades Farmacéuticas. Vademécum-Vadetecum. Eres lo que comes. Si éste cliché fuera cierto, el vademécum personal nos llevaría a ser insoportablemente leves. En cambio somos insoportablemente diarios.

Así, todos los días llevo un traje de corte angular. Como en un plano cartesiano, dividimos las materias en Códigos, Capítulos, Títulos, Artículos y Numerales que aplicamos sistemáticamente hasta que se cierran las Cortes.

Pero yo quisiera usar una bata blanca. Casi como la sepsis de un hospital. Quiero llevar una bata blanca aséptica y escéptica propia del Servicio de Limpieza. Un servicio de limpieza que no se ensucia nunca. Sin embargo el juez entra con una toga negra mientras que la audiencia se sienta en fila y las partes ingresan en línea. Entonces quisiera caminar por las esquinas cortantes, por las calles cuadradas, pensar las nubes rectas, pisar el pasto en flecos, correr por los rayos del sol de la lluvia que baja a rayas. Línea a línea se leen los folios de la acusación. Línea a línea las barras separan las celdas y los reos. Mi ciudad es una ciudad turística y encerrada.

sinceramente,

dr.volta

1 comentario:

Anónimo dijo...

no se que pensar de esta edicion.