martes, septiembre 18, 2007

El idealismo trascendental es la otra cara del materialismo vulgar



para quedarse ciego.

los monstruos suelen posar cual modelos en el decorado desolado de sus propios habitats, donde parecen no darse cuenta de sus particularidades.

La infelicidad generalizada que habitualmente se etiqueta como enfermedad mental, no procede de alteraciones bioquímicas ni de oscuros dramas edípicos, sino de fenómenos mucho más mundanos, como la normalización forzada, la venta de la vida como tiempo de trabajo, o la obligación de producir y consumir inutilidades.

los gerentes del orden íntimo:

for lego-units with replaceable heads


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sábado, septiembre 15, 2007



for a really happy empty anguish voyage
a nice german living room

viernes, septiembre 07, 2007

now that rebellion has become nothing more than image!

Después de cierta edad, en que el desarrollo de cualidades personales se detiene por ser algo normal en el crecimiento del ser humano, comienza la batalla subjetiva por la superación de ciertas dificultades materiales.

Pero no se trata de la superación de cierta misera referida al aspecto económico/material inherente a la supervivencia.

Se trata de otra miseria referida a las circunstancias personales de las cuales nadie es culpable. Nadie es culpable de sus propias circunstancias aunque cada quien tenga asumida cierta libertad. Cierta libertad para auto-configurarse.

Entonces, los verdaderos logros estan referidos al cambio de las propias circunstancias, lo que al final termina siendo verdaderamente una auto-modificación.

Es una auto-modificación porque vivimos de las circunstancias, vivimos en ellas y al final las circunstancias nos configuran.

Si nuestras circunstancias nos hacen significa que cambiarlas implica la superación personal de nuestras propias fallas sistémicas.

Pero para ello hay que tener claras y resueltas demasiadas otras cosas.

Decíamos anteriormente que hay tanta gente por ahí que se presenta en la readlidad con argumentaciones y sustentaciones de sí mismo basadas en patrañas y auto-engaños. Creemos ahora que, en pocas palabras, eso podría constituirse en una forma de salud mental.


Corresponsal en Viña.

sábado, septiembre 01, 2007

Hegel debería volver a salir al mercado en una re-edición linda y a color, en letra grande, especial para señoras de cuarenta años. Porque el argumento de Hegel sobre la confusión del ser y la nada y ‘el absoluto’ es, junto con el nombre de cualquier autor oriental, el "best seller" occidental aplicado como tónico excelso calmante de cualquier inquietud existencial del adulto contemporáneo.

Eso, junto a toda clase de técnica de relajación barata, se constituyen en las ayudas (o peor: los argumentos) para aceptar la muerte y la actual muerte en vida (léase estilo de vida) permitiendo a sus seguidores conducirse por la rutina con una actitud-fachada de semi-sabia aceptación y resignación semi-digna.

Por otro lado, para aquellos que critican a los ‘alternativos’ o a los esotéricos es más cómodo afiliarse a cualquier religión de garaje que les brinde toda una red de apoyo afectivo (léase: minusválidos sociales) y una figura sana de un pastor sabio (léase: estafador o psicópata pasivo) que les permita asumir, al mismo tiempo, un rol de pudiente trascendencia social (léase regalar trabajo y plata a la comunidad).

Aconsejo apelar a los Falsos Self. Es el medio más útil, rápido y barato.