sábado, julio 24, 2004

Señorita Camisita Gris

Apreciadas EDICIONES CLÍNICAS:

Respetuosamente me dirijo a Uds. por medio de la presente para expresar con vehemencia a través de su meritorio panfleto la indignación que nuestra facción ciudadana ha estado soportando con decoro desde la institucionalización de una ‘carrera’ de Producción Audiovisual en nuestra ‘Ciudad Bonita’. Como miembro de una organización defensora de los valores culturales santandereanos y digna representante de una estirpe noble y acaudalada, destacados mecenas del arte y de la cultura de bolsillo en el nororiente colombiano, me siento vilipendiada y sin estribos al observar cómo sucumben las exquisitas tradiciones folklóricas y verdaderamente autóctonas de la tierra de Galán a manos de un grupúsculo desorganizado y atrofiado de pre-post-adolescentes pertenecientes a las más dudosas clases sociales, los cuales se han auto-erigido como portadores de la ‘nueva cultura’ que proclaman debe implantarse en el departamento. Este ejército de descamisados frecuentaban los pacíficos bosques y florestas de la ciudad en búsqueda de la alteración de su senso-percepción a través de sustancias alucinógenas y del moscatel barato, contraviniendo la ley, el orden y la disciplina para perros que nuestras autoridades han logrado imponer con sumo esfuerzo a los habitantes de la ciudad; y ahora han conseguido un espacio dentro de la respetable comunidad estudiantil que asiste a la UNAB.
 
Pero, ¿acaso será una nueva variación de la política criminal “demoliberal” pretender reducir costos por concepto del mantenimiento de cárceles y estaciones de policía a expensas del status de seres humanos conferido a la población pervertida? ¿Será el desplazamiento de la prisión a la universidad la manera más idónea para estimular el consumo de subproductos culturales? Nosotros discrepamos de tales exabruptos. La UNAB, otrora institución segura para la reproducción de nuestros capitales, se ha permitido el libertinaje de facturar una carrera de Turismo Audiovisual, simplemente, para captar los recursos de los nuevos y menos ricos ávidos por despercudir sus fortunas productos del contubernio del delito y el mal gusto; un nuevo rubro que les permite, a la vez que disminuyen costos en la contratación de personal docente, una entrada de recursos adicional para sus actividades judeo-masónicas, ampliamente conocidas por todos los miembros del Opus Dei que tristemente hemos decidimos recurrir a la fuga de capitales de nuestra hermosa ciudad. A este paradero educativo de tercera ni siquiera le interesan los antecedentes de las personas llamadas a ingresar a sus aulas (a juzgar por sus procesos de selección poco serios e hiper-populosos), y mucho menos ha de interesarles ofrecer un programa académico completo y exigente a sus alumnos. Olvidaron, adrede, y en detrimento del buen gusto, estudiar obras maestras como “El triunfo de la voluntad” y “Olimpia” de Leni Riefenstahl, porque proyectan los complejos movimientos de la inteligencia, la gracia y la sensualidad. Esto explica que, en uso de buena conciencia, se pensó la carrera como una propaganda barata, a manera de clasificado de “Se busca” de cartón de leche, y para exaltar valores rudimentarios de la plebe a partir de la inclusión del desarrapado en las nuevas tecnologías audiovisuales, pero lo que se hizo fue reclutar a una sarta de trepadores pseudo-intelectuales, consumidores regulares de droga que ahora buscan desesperadamente representar a la universidad que generosamente les arrendó un pupitre y que les indulge intelectualmente con el conocimiento del manejo de una ‘filmadora’.
 
¿Qué clase de beneficio podría deparar para la sociedad santandereana, ávida de cultura, la formación profesional (a duras penas, técnica) de un filmador de primeras comuniones, bautizos y grados de bachiller altamente calificado? ¿Cómo se supone que vamos a rescatar nuestros pasado glorioso, valores y tradiciones de las fauces del proceso de homogenización desarrollado por las masivas migraciones costeñas, y los vejámenes a que se ha sometido la pureza del santandereano arrogante, merced al discurso de la prostituta democracia y otras plagas modernas? ¿Quienes se atreverán a rescatar las siete virtudes teologales en aras de cortar de raíz este nudo gordiano que atenta contra el sano desarrollo audiovisual de los Santanderes, si la universidad ni siquiera cuenta con cámaras de cine profesionales o un laboratorio de cine? ¿Si ni siquiera hay profesores versados e idóneos en el ‘quid’ del asunto? Si los estudiantes de la carrera jamás han entrado en contacto con el ARTE (en mayúsculas) y la cultura, porque están muy ocupados en la realización de ‘cortometrajes conceptuales’ en sus cámaras digitales de juguete, porque están drogándose en el Parque de Las Estatuas, porque usan sombreros negros y mochila, porque están ocupados posando de manera ‘irreverente’ para fotos de publicaciones electrónicas de vergonzosa circulación o porque hablan del ‘abzurdo’ y de otras tantas zoquetadas en sus deficientes cavilaciones (sin respaldos ni argumentos) que no contribuyen a la construcción de una sociedad sin lisiados cognitivos e imperfecciones comportamentales, ¿por qué nuestra respetable comunidad habría de concederles un espacio o incluso acogerles para siempre en su regazo?
 
A través de este humilde mensaje quisiera instar a todas aquellas personas conscientes del devenir histórico de Santander, a que se unan a nuestra lucha sin cuartel por la recuperación del espacio vital bumangués: grito unido de protesta y repudio hacia esta desagradable aberración cultural.

Cordialmente,

 
Srita. Camisita Gris
Facción conservatista del arte “Mariano Ospina Pérez”


viernes, julio 23, 2004

La vida de un administrador hotelero y turístico de la UNAB

Estimados lectores,
Con mucha preocupación publicamos éste artículo de una hacendosa estudiante UNAB que nos conmovió y convenció. Esperamos que también trasmita en ustedes la solidaridad que - 1)* esta clase de estudiantes 2)* de este tipo de carreras 3)* en tales universidades- merecen.
*Tres pasos prácticos para alcanzar (trabajar en) el éxito. (s.a)
La vida de un administrador hotelero y turístico de la UNAB
Quiero hacer pública mi crítica e inconformismo al que nos vemos envueltos los estudiantes de Administración Turística y Hotelera. Muchas personas, estudiantes y personal docente tienen la falsa ideología de que sólo las carreras de futuro son las populares de Derecho, Medicina o las Ingenierías. El simple hecho de pasar por una universidad y hacer una de esas carreras no quiere decir que tengamos trabajo seguro: uno mismo es el que se labra su futuro (...). Pero ese es el punto de vista de esas personas es respetable y tolerado, lo que no se puede admitir es que esos "docentes" nos vengan a tratar de empleados domésticos, que denigren nuestra imagen y profesión. En cierta ocasión un profesor(a) me dijo: "Ustedes, los estudiantes de Hotelería sólo sirven para barrer y trapear; amigo(a) si quieren les consigo unas escobas"(...). Merecemos respeto por parte del personal de la Universidad. Pregunto, si eso fue de un profesor, ¿que se puede esperar de un alumno?(...). Estas duras y falsas críticas lanzadas por los docentes hacen que en nuestro plantel se creen discriminaciones con nuestra Facultad, denominándonos los vagos UNAB (...). Con esto busco defender mi carrera y cuestionar la actitud con las que algunas personas nos tratan; de igual forma recordarles que nosotros también somos UNAB (...).
Juliana Maldonado Estudiante UNAB

jueves, julio 22, 2004