sábado, octubre 29, 2005

Exciting programming to the network/channel!

intermittent miniseries? a serial storytelling medium!
Capping an extraordinary conservative furor?
well, not even trash can guarantee a happy ending!
we luv ya jesus!!

jueves, octubre 20, 2005

Cierre de ediciones


Estimados lectores,

“Siempre es un cuerpo el que hace sombra a otro”.


Existe una oscura y recurrente imagen, en la cual la vida humana es, en su mayoría, un proceso para llenar el tiempo hasta la llegada de la muerte, con poca o ninguna selección en cuanto a las dependencias, negocios, ministerios, pactos, transacciones (o entregas personales) que se van a tramitar (o procurar) durante esa larga espera.

Creemos, sin embargo, que ésta no es la respuesta final, y seguiremos tratando de dar un paso más allá dentro de este nido de víboras continuo y carente de estilo que es nuestro (el de todos) círculo de afecciones.

Edicines clínicas momentáneamente cierra sus casos clínicos debido a la pérdida de uno de sus editores. Los siguientes, son los últimos apuntes de éste editor y no constituyen una entrega presentable a los lectores, sino más bien unas breves notas de lo que se tenía en mente antes de partir. A todos aquellos ya ausentes, recordamos que la únión nos hará libres, porque somos idea. Hasta un nuevo encuentro.

El afecto. es la huella de un cuerpo sobre otro, el estado de un cuerpo en tanto que sobrelleva (o padece) la acción de otro cuerpo. Entendemos ‘cuerpo’ como entidad, como sujeto, como existencia, como ente, como identidad.

De esta manera el afecto es la huella del otro sobre nuestro ser; llevada constantemente en nuestro interior dentro de un flujo de demostraciones y dentro de un conocimiento del otro cuerpo por la sombra que ejerce sobre el nuestro. Affectio, efectos, afecciones, estados dolientes, latentes, etc.

Este estado de mi ser, esta afección no es una representación, sino una realidad psicológica dentro de un repertorio limitado de estados del yo a los que soy arrastrado por la presencia del otro.

La afección no es por lo tanto sólo el efecto instantáneo de un cuerpo sobre el mío, también tiene un efecto sobre mi propia duración, placer o dolor, dicha o tristeza. Se trata de pasos, de devenires, de subidas y de caídas, de variaciones continuas de potencia, que van de un estado a otro. Son signos de crecimiento y de disminución, del tipo dicha-tristeza.


Conocemos nuestras afecciones por las ideas que tenemos, sensaciones, percepciones, éstas expresan nuestro estado en un momento del tiempo y se distinguen, de este modo, de otro tipo de estados conyunturales de nuestro ser. El estado actual es siempre una sección de nuestra duración, y determina en este sentido un aumento o una disminución, una expansión o una restricción de nuestra existencia en la duración.

El presente editor en busca de nuevas ideas y afecciones, cuerpos, y estados del yo, parte hasta que una nueva realidad psicológica acelere la larga espera. Definitivamente, en todo drama hay una burla.