sábado, abril 29, 2006

APLAUSOS


Homenaje taurino.

Hoy, en la mayoría de las tardes no sucede nada, que es lo peor que puede suceder. Uno cree haber asistido ya al mismo espectáculo, igual al de ayer, igual al de mañana. Creemos haber visto la misma faena trescientos sesenta y cinco días al año. Los años pasan como si no pasaran.

Entonces si suele usted clamar en la mente contra las manecillas del reloj, si conserva aún fresca en la memoria la imagen triste de un momento alegre, puede consolarse pensando que es mejor salir por su propio pie aunque derrotado por menor raza.

Pues va a ser que no. No sea tonto! hágase usted mismo un torero. Ediciones Clínicas presenta esta tarde un volumen especial dedicado al debut taurino.

Que su espada no le prive de salir por la puerta grande. En este espectáculo el público se muestra especialmente exigente. Evite usted salir en hombros de la corrida, salga del atolladero de los puestos humildes. Aprenda usted a lucirse en el corneo.

Sea el depositario de una de las leyendas más hermosas del toreo, el origen de una línea fantástica, maestro en sazón y espejo de muchos que aspiran a ser alguien en la profesión. Sea maestro en las ganaderías triunfadoras de la temporada. Un torista del encaste que vive haciendo el toreo día a día.

Primero que todo, dispóngase con ánimo y gana a lograrlo. Luego, tenga en cuenta que en el prestigioso arte del toreo todavía humean las fallas. Nuestra ciudad natal es un hervidero de gente como lo es una plaza taurina. Hemos de ser hormigas y no cigarras para evitar ser corneados. En la feria de mi tierra, donde empieza todo, existe un enorme error. Olvidar que la dignidad del espectáculo está en su contenido y no en su magnitud.

En la dignidad de un espectáculo (y para ser digno de participar en él) debe olvidarse de la sensiblería del localismo y jamás imponer una mentira piadosa.

Entonces, si anda usted con un gesto como tras una mala digestión pero su deseo infinito es llevar el pendón en la procesión del patrono de su alma es bueno de antemano darse a conocer como el torero de su tierra, es decir, como un torero sin demanda. Así evitará decepcionar al álgido público que lo acompaña durante la faena y que se va a casa sintiendo que ha caído en las manos de la desidia de un ignorante.

Un ignorante que en vez de torero debió ser costalero. Pero el año es largo y el pliego caro!. Por eso escoja un camino corto y barato: para lucirse en el toreo es más fácil escoger la corrida de la concha. No se vaya usted a correr antes de tiempo.

Por eso, si alguien le da pie para debutar como el gran torero del año, no pierda usted la oportunidad de serlo. No aprovechar tan magna coyuntura sería un despilfarro grande para el futuro de su propia feria! El torero sin demanda debe hacerse toro al mismo tiempo y cornear con brío y gracia a su escaso público querido. No cometa usted un error tan negro como un casco de pelo. Torear o cornear, las dos puntas enfrentadas del espectáculo resultan, al final, siendo la misma cosa. Luego tristemente en rojo, grítese a sí mismo Olé!.

Y si por si acaso siguen las imágenes tristes de momentos alegres sepa que “a stuck in reverse brings a noisy withdrawal”, al ruedo!.

6 comentarios:

Anónimo dijo...

hola editores. pongan sus escritos y música también a mi correo! radiocapsula@gmail.com. Por favor!.

Anónimo dijo...

y como a britney la han estado preñando y por eso está tan callada confio que no enviaran nada de mal gusto.

Anónimo dijo...

Un fraternal saludo para los editores de Ediciones Clinicas. Tienen fotos de Britney preñada practicando fisting con Julio Iglesias?

Anónimo dijo...

Editores:
El torero mismo es la más infelíz de las apologías a la cobardía. Clama una pretendida superioridad soportándose en el absoluto control que ejerce sobre el entorno: comprende los linderos de la plaza, mancilla la virilidad del animal, le azota vilmente y le humilla hasta dejar su espíritu y noble casta desolados. Luego, tiene el descaro de presentarse ante los demás como el más fuerte, el dueño mismo del espectáculo, sin importar que reciba un cachazo en la perineal o que el especímen se canse de aburrimiento (y eso que "torear y cornear son la misma cosa") Al final, ¡lo esencial es no salir cargado en hombros!

De acuerdo, el torero es la mejor opción para los amantes de los espectáculos. ¿Es eso lo que significa que la "dignidad del espectáculo está en su contenido"?

Anónimo dijo...

de eso se trata el homenaje taurino. Me huelo que clínico significa cínico y que más bien este artículo está dedicado a quien alguna vez se erigió torero y corneó. no es un reproche, es verdad, es una apología a la cobardía.

Anónimo dijo...

por momentos éste puede ser el blog más denso de la tela.